Flo6x8 se tira de nuevo a la calle
Empezamos en las oficinas bancarias, representantes encarnadas de esos gorilas patriarcales que nos robaron y nos condenaron a la precariedad. Ahora, diez años más tarde, con el toque amargo de los sueños mal cumplidos, las flamencas de flo6x8 sentimos más fuerte que nunca que el sentir político se ha situado en nuestras vidas y en nuestros cuerpos. Si hace un tiempo, en aquellos momentos pos-15M, se entendía el feminismo como elemento articulador del cuidado y una apuesta por una sociedad diferente, hoy en día ya entendemos que el feminismo no articula. El feminismo es.
El machismo, como las flores de plástico, representa todo lo que más odiamos. Que no cuenten nuestras muertes ni nos lloren en la caja. Preferimos que comprometan recursos al Pacto de Estado contra la Violencia de Genero que todos firmaron en Septiembre del 2017. Quedaron guapos en la foto, pero 6 meses más tarde se ha quedado enterrado en el trastero, como las obras de nuestras artistas en los sótanos del Prado. Queremos conciliación real en lo privado e igualdad en lo público, y así lo clamaremos desde los balcones de geranios a la manada de palmeros que se cuelan en nuestras vidas.
Dentro de nuestros cuerpos, en nuestros colectivos, en nuestras instituciones, en la publicidad y en las redes, nos estamos purgando poco a poco. Con sudor, reconociéndonos y quitándonos los demonios para llenarnos de odios buenos, bien dirigidos, de esos que al final nos ayudan a ser libres. Hay que tirar de la manta sin miedo, hablar del sobateo del yo-no-fui en la oscuridad de un bar, del de las patillas largas, del de pelo engominado, del compañero en la lucha que grita en vez de escucha.
Las flamencas sabemos que no necesitamos el permiso de nadie para cantar por fandangos descarados al patrón, al obispo y al cuñao. Frente a las buenas intenciones y la parsimonia estatal que nos mira condescendientes, las mujeres sacamos pecho y reclamamos nuestros cuerpos asediados como última trinchera. Seguiremos creciendo y reconociéndonos como hermanas, colándonos sin permiso en los medios, en las redes, aporreando conciencias, pataleando en las calles y tumbando las torres más altas.
Somos canela en rama, feminazis de las güenas. Las flamencas feministas seguiremos tomando la calle y reivindicando la fiesta. Que se dejen de mandangas y se guarden sus mordazas. Con guitarra y alegría desatada bailaremos bulerías, recogiendo nuestros cuerpos formaremos una tropa revenía a ritmo de punta y tacón.
¿Creéis que nos vais a callar? Hoy no.
Después del 8M, ya no.